Como todos sabemos estamos limitados desde que nacemos y en muchísimos aspectos. Se trata de límites tanto externos como internos, físicos y emocionales. Cuando nacemos a parte de estar limitados físicamente, nos etiquetan con un número, con un nombre y nos educan de manera que cuando tengamos uso de razón aprendamos a elegir, a tomar un camino u otro (y eso en el mejor de los casos). El caso es que desde muy muy pequeños estamos condicionados por millones de limitaciones (aunque no tiene porqué entenderse de forma negativa), límites creados por nuestra cultura o por nuestra propia personalidad, basada en nuestra propia experiencia existencial.
En el presente proyecto, quiero llevar a cabo una acción en un espacio privado, mi habitación. Se trata de transgredir físicamente cualquier límite que en este espacio se me presenta para hablar metafóricamente de mis limitaciones personales: mi pereza, mi angustia, mi inseguridad, mis miedos, mi desmotivación…
He representado este acto de romper barreras a través de la pintura. Pintando libero mis emociones y mis sentimientos, así simbólicamente traspasaré mis propias represiones.
Así, he pintado toda mi habitación incluidos muebles, techos, paredes y suelo. Traspasar los límites que me impone un lienzo, los límites que me imponen el hecho de existir y yo misma.
Para llevar a cabo este proceso me surgieron nuevos problemas, nuevas limitaciones, no podía ensuciar ni un milímetro de este espacio si no quería perder la fianza que pagué cuando alquilé la habitación en la que vivo………..
Para esto, el procedimiento a seguir fue, en primer lugar cubrir absolutamente todas y cada una de las partes de este espacio con plástico y luego con papel continuo blanco, todo perfectamente sellado y grapado.
Está claro que hay límites que son necesarios, otros están de más, eso son los que he querido romper…
A continuación podreis comprobar de qué hablo: puntos 1, 2 y 3
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